17 oct 2010
11 sept 2010
la que quería comprar el mundo, la de esa lucidez del soñar follarse la vida sin condón y cagarse en el clitoris de Dios...Y aún me pregunto, si las personas vigentes querrían ir a mi pasado como prólogo y hacer de estos versos carne con tal de salir en busca del nuevo porvenir.
y un perdón a veces le pedí, tan solo hoy la noche me trae el truco entre la arteria y la piel, las mil y una noche.
y un perdón a veces le pedí, tan solo hoy la noche me trae el truco entre la arteria y la piel, las mil y una noche.
6 sept 2010
31 ago 2010
27 jun 2010
Mi estimada prosa de alcantarilla reluciente, escribo a latido en carrera atlética porque hoy hubo incendio cerebral y vomitaré esputo hasta que sienta despejado a mi estomago y las migajas de furia se alojen detrás de mí costilla. El sentimiento no sé plasmarlo entre el papel y el colorante y es que mi pensamiento no logra perfilarse. Aunque no tenga pene eyaculare en mi scriptura.
Yo, la niña de cabeza con neuronas remojadas el orden no lo obtiene ya que perdí higiene pero debo desvelar eso si que adquirí limpieza escrita y oral cuando se abrio el arcón de mis vocablos. Escribo para suavizar el grito de mi raciocinio, no para complacer a un niño con una fingida teoría del flow que no fluye ni influye. Y esque los bellos pensamientos jamás duran en alguien tan bello como tu.
Soy una niña difícil a dios gracias que no naci purísima, fui engendrada por los putos dioses de cráneo manoseado y carraspeado.
A veces soy el sonido de la tiza contra la pizarra colegiala, llevo violines en mi espino y soy tan aguda como pulida a punta de aguja. Sinfonías de odio para corazones de amor no me las entreguen en las manos porque me pica la palma.
Leeme, vístete de mí y regálame tu piel de iceberg.
Yo te amo desde el infierno celestial hasta el cielo subterráneo
Yo, la niña de cabeza con neuronas remojadas el orden no lo obtiene ya que perdí higiene pero debo desvelar eso si que adquirí limpieza escrita y oral cuando se abrio el arcón de mis vocablos. Escribo para suavizar el grito de mi raciocinio, no para complacer a un niño con una fingida teoría del flow que no fluye ni influye. Y esque los bellos pensamientos jamás duran en alguien tan bello como tu.
Soy una niña difícil a dios gracias que no naci purísima, fui engendrada por los putos dioses de cráneo manoseado y carraspeado.
A veces soy el sonido de la tiza contra la pizarra colegiala, llevo violines en mi espino y soy tan aguda como pulida a punta de aguja. Sinfonías de odio para corazones de amor no me las entreguen en las manos porque me pica la palma.
Leeme, vístete de mí y regálame tu piel de iceberg.
Yo te amo desde el infierno celestial hasta el cielo subterráneo
20 jun 2010
Cuando las palabras se desploman se manifiesta el vocablo mudo y entonces el lenguaje se vuelve cómplice: te echas saliva en los labios provocandome y luciendo el capricho de saborear mi boca angelina y me desnudas con la visión, yo me pregunto como seria si las miradas follasen.
Yo estoy maravillada sintiendo el gruñido del silencio, tu fumas acariciando el cigarill con los dedos orgasmicos, yo maravillada y el gruñido del pensamiento y tu llevas al humo al interior para luego sacarlo a flote remandolo al espiral
Hoy cuando no hay más que decirnos se abren a nuestros aires vacios que respiran dos.
Yo estoy maravillada sintiendo el gruñido del silencio, tu fumas acariciando el cigarill con los dedos orgasmicos, yo maravillada y el gruñido del pensamiento y tu llevas al humo al interior para luego sacarlo a flote remandolo al espiral
Hoy cuando no hay más que decirnos se abren a nuestros aires vacios que respiran dos.
9 jun 2010
Narciso
interesarme más en mi,mientras comienzo a seducirme con mi mirada surge mi impuje casi chocarrero nativo de narciso cuando me aprecio al verme reflejada en ese vidrio vulgar, el vidrio debería mostrarse sensible y lucir ante mi audiencia quebrado en retazos que reflejan con resignación partecitas de mi semblante esculpido.
Quisiera saborear algo más que la frigidez del vidrio que refleja mi boca , desearía sentir la sutileza de mis carnes rojas, mis labios y esa lengua cubierta por saliva con aspecto de brillo labial. Quisiera hacerme el amor con la golosina más dulce dentro de mi entrepierna, parida por los dioses. redoblarme, tenerte en frente y agarrarme.
Ojalá nadie más descubra las falacias de mis rasgos interiores y exteriores porque ,¿esa bestia y esa bella?,¿qué es ser feo, si consideramos que uno encuentra belleza en la fealdad cuando solo se debe pulir la pupila?
Secamos a flote la cuestión de haberse hundido uno en su reflejo.
Quisiera saborear algo más que la frigidez del vidrio que refleja mi boca , desearía sentir la sutileza de mis carnes rojas, mis labios y esa lengua cubierta por saliva con aspecto de brillo labial. Quisiera hacerme el amor con la golosina más dulce dentro de mi entrepierna, parida por los dioses. redoblarme, tenerte en frente y agarrarme.
Ojalá nadie más descubra las falacias de mis rasgos interiores y exteriores porque ,¿esa bestia y esa bella?,¿qué es ser feo, si consideramos que uno encuentra belleza en la fealdad cuando solo se debe pulir la pupila?
Secamos a flote la cuestión de haberse hundido uno en su reflejo.
11 may 2010
Una puñalada trapera de choque puso mis pies despojados en la arena movediza, la vida solo una idea preconcibida compuesta por su inocencia lujuriosa, me siento como la saturada de tanto vacio o la mujercita desértica por tanta flora,
¿Donde puedo hallar la dulzura en esas ásperas flores tropicales? , ¿donde encuentro la blandura en esa púa que tienes como Co,razón?, leyes de la infecta mala consciencia dice la madre de mi madre.
Ahora entregame la caja de tus desterrados, huerfanoS Y viudad; que se te acerque, innumerable, en procesión, toda la inmensa hermandad de traidores que fundaste.
Es entonces, bárbara, que caerás en la cuenta, por fin, de la salvaje paz que que se aproxima, ya no habrá más sonido que el de tu desasogado respiro a raíz de esa caótica confesion a dios , queda desértico el lugar de los feroces mares de sangre que arrastran a au paso aguas servidas, llantas viejas, aceite quemado y latas oxidadas dentro de ti, recién viene el momento glorioso del tatuaje indismulable que hermana a quienes lo ostentan, ese halo turbio y sutil que nos averguenza sin remedio, aquello que nuestra dulce señora aborrece: MI CREENCIA ATEA. A pesar del odio injustificable a dios día tras día y noche tras noche esa viejito virgen me recorre con sus yemas el rostro esculpido que tengo, me abrigo con su manto de dorada y en el hombre de majestuosa serenidad.
Y en el cielo, una voz repetía: quien más sola que tu, solo dios.
¿Donde puedo hallar la dulzura en esas ásperas flores tropicales? , ¿donde encuentro la blandura en esa púa que tienes como Co,razón?, leyes de la infecta mala consciencia dice la madre de mi madre.
Ahora entregame la caja de tus desterrados, huerfanoS Y viudad; que se te acerque, innumerable, en procesión, toda la inmensa hermandad de traidores que fundaste.
Es entonces, bárbara, que caerás en la cuenta, por fin, de la salvaje paz que que se aproxima, ya no habrá más sonido que el de tu desasogado respiro a raíz de esa caótica confesion a dios , queda desértico el lugar de los feroces mares de sangre que arrastran a au paso aguas servidas, llantas viejas, aceite quemado y latas oxidadas dentro de ti, recién viene el momento glorioso del tatuaje indismulable que hermana a quienes lo ostentan, ese halo turbio y sutil que nos averguenza sin remedio, aquello que nuestra dulce señora aborrece: MI CREENCIA ATEA. A pesar del odio injustificable a dios día tras día y noche tras noche esa viejito virgen me recorre con sus yemas el rostro esculpido que tengo, me abrigo con su manto de dorada y en el hombre de majestuosa serenidad.
Y en el cielo, una voz repetía: quien más sola que tu, solo dios.
30 abr 2010
condensado en el sol fulgente de mis pupilas sus ojos soberbios me agujerearon como si me hubiese disuelto en el humo de mi mentolado, y con un cosquilleo que me arañaba la figura y de por medio el ardor de mi retina cuando encontraba la suya, mis pies siguen la ola de movimiento y olfato que conducen a mi cuerpo - an
onimo- hacia su figura impasible y casi glacial. El todavia sigue sin percibir la audiencia de mi figura separada por centimetros de la suya, asi que sostengo mi cuerpo en puntas de pies para llegar a la altura de su boca, cuando llego ahí me afano en que surja un roce con sus labios de mucha quietud... no pasará naranja, me reta mi voce interna.
Y ya sumisa y docil, tan solo rodeo con mis brazos al hombre de madera rojiza y abundante sosiego.. ¡Un manique!
onimo- hacia su figura impasible y casi glacial. El todavia sigue sin percibir la audiencia de mi figura separada por centimetros de la suya, asi que sostengo mi cuerpo en puntas de pies para llegar a la altura de su boca, cuando llego ahí me afano en que surja un roce con sus labios de mucha quietud... no pasará naranja, me reta mi voce interna.
Y ya sumisa y docil, tan solo rodeo con mis brazos al hombre de madera rojiza y abundante sosiego.. ¡Un manique!
17 abr 2010
Siento tu vértigo por el inevitable cruce de miradas.
Siento tus ansias por acariciar mi aterciopelada piel rozando la palidez.
Siento tu cuerpo deseoso esperando en mis piernas tostadas.
Siento tu figura frotándose con la mia queriendo más temperatura.
Siento tu raudo pulso percutiendo el aire.
Oigo un sollozo que te arranqué de los labios cuando mis dedos orgásmicos exploran más abajo de tu cintura.
Siento como todo se cierra a ti con el fin de no alborotar tu densidad.
Siento tu cuenta atrás que no sigue segundos.
Siento como no percibiste la caída de espesa almohada cuando sales despedido de mis labios.
Siento las palabras sin formarse atragantadas en tu garganta.
Siento el roce de tu estomágo con mis sofocantes pechos.
No siento como dejo de sentirme para poder sentirte.
Siento tus ansias por acariciar mi aterciopelada piel rozando la palidez.
Siento tu cuerpo deseoso esperando en mis piernas tostadas.
Siento tu figura frotándose con la mia queriendo más temperatura.
Siento tu raudo pulso percutiendo el aire.
Oigo un sollozo que te arranqué de los labios cuando mis dedos orgásmicos exploran más abajo de tu cintura.
Siento como todo se cierra a ti con el fin de no alborotar tu densidad.
Siento tu cuenta atrás que no sigue segundos.
Siento como no percibiste la caída de espesa almohada cuando sales despedido de mis labios.
Siento las palabras sin formarse atragantadas en tu garganta.
Siento el roce de tu estomágo con mis sofocantes pechos.
No siento como dejo de sentirme para poder sentirte.
14 ene 2010
Si alguien me hubiese preguntado que describiera al hombre con el que me gustaria yacer, el cuerpo que me gustaria lamer, los labios que me gustarian besar, la voz con la cual me hubiese gustado ser arrullada, la respuesta hubiese sido miguel.
Te recuerdo perfectamente por los detalles dispersos en el aire.
Debo crear un mecanismo perfecto para desterrar de mi memoria tu obstinada presencia que se aferra a imagenes donde tu rostro perfectamente delineado esta cada vez mas presente en los papeles doblados que simulan estar extraviados entre los libros que solias mantener en la gabeta de la primera habitacion donde en este tiempo la noche se convierte en un ritual a fin de ahogar el recuerdo de caricias excepcionales, frases extraordinarias, sexo presuroso, el calido aliento sobre mi cuello, y esos quejidos imperceptibles durante la entrega, ahogar esos recuerdos en orificios profundamente blancos. Disolver tu memoria en especial cuando en esta habitacion una melodia abarca cada rincon de este departamento y me solazo en una relacion furtiva de caricias que parecen definitivas, en la tentacion inexistente, la aventura irreal, en una ilusoria frase hilvanada, en un miguel ausente
Te recuerdo perfectamente por los detalles dispersos en el aire.
Debo crear un mecanismo perfecto para desterrar de mi memoria tu obstinada presencia que se aferra a imagenes donde tu rostro perfectamente delineado esta cada vez mas presente en los papeles doblados que simulan estar extraviados entre los libros que solias mantener en la gabeta de la primera habitacion donde en este tiempo la noche se convierte en un ritual a fin de ahogar el recuerdo de caricias excepcionales, frases extraordinarias, sexo presuroso, el calido aliento sobre mi cuello, y esos quejidos imperceptibles durante la entrega, ahogar esos recuerdos en orificios profundamente blancos. Disolver tu memoria en especial cuando en esta habitacion una melodia abarca cada rincon de este departamento y me solazo en una relacion furtiva de caricias que parecen definitivas, en la tentacion inexistente, la aventura irreal, en una ilusoria frase hilvanada, en un miguel ausente
14 dic 2009
Moverme a ritmo del reloj a la espera de la noche que exhibe en el estío esa gala eléctrica en la bóveda celeste cuyo impacto es aquel silencio que amordaza mis sentidos.
Esta noche es la vencida, dónde el silencio me carboniza con el mismo ardor de esa púa clavada más allá de mi conciencia que recorre kilómetros de momentos hasta dejarme el sabor de una vida entera en los labios.
La espima que me ofrece día tras día y noche tras noche una manta mugrienta para soportar esa negrura buscada y deseada, la que tuerce todo lo desconocido hasta un inquebrantable hecho de perderme en ese orificio negro galáctico procreado a raíz del tedio externo , la que va Fundiéndome en una mirada atormentada en mitad de esa calígine quebrada de estrellas mientras se ve plagada de secretas añoranzas.
El único efecto es desear y repudiar otro insípido amanecer mientras te mueves a ritmo del reloj a la espera de otra noche que exhibirá en el estío de lima esa gala eléctrica en la bóveda celeste cuyo impacto siempre será ese silencio que amordaza mis sentidos
Esta noche es la vencida, dónde el silencio me carboniza con el mismo ardor de esa púa clavada más allá de mi conciencia que recorre kilómetros de momentos hasta dejarme el sabor de una vida entera en los labios.
La espima que me ofrece día tras día y noche tras noche una manta mugrienta para soportar esa negrura buscada y deseada, la que tuerce todo lo desconocido hasta un inquebrantable hecho de perderme en ese orificio negro galáctico procreado a raíz del tedio externo , la que va Fundiéndome en una mirada atormentada en mitad de esa calígine quebrada de estrellas mientras se ve plagada de secretas añoranzas.
El único efecto es desear y repudiar otro insípido amanecer mientras te mueves a ritmo del reloj a la espera de otra noche que exhibirá en el estío de lima esa gala eléctrica en la bóveda celeste cuyo impacto siempre será ese silencio que amordaza mis sentidos
27 oct 2009
Mi retina se quema al encontrar la tuya, sonríes, te lanzo una mirada fulminante que derrocha rabia injustificada, sonríes, no paro de derrochar rabia, tú suspiras por un enojo que resulta atractivo.
Mis ojos desesperados buscan las tuyos, noto que no quieres que vuelva a mirarte, yo lo hago, disimulas un malestar con un rodar de ojos, yo sigo mirándote, los nervios te encierran. Te acercas a mí.
- ¿Por qué no dejas de mirarme? Tus ojos dicen estúpideces.
Yo sonrío.
Mis ojos desesperados buscan las tuyos, noto que no quieres que vuelva a mirarte, yo lo hago, disimulas un malestar con un rodar de ojos, yo sigo mirándote, los nervios te encierran. Te acercas a mí.
- ¿Por qué no dejas de mirarme? Tus ojos dicen estúpideces.
Yo sonrío.
29 sept 2009
Me besa y sin separar los labios, tiro de él para hacerle quedar bajo mi
cuerpo de nuevo. Solo entonces y tras pasarle la lengua suelta de su boca la presa. Se apoya en los brazos y sin dejar de mirarme comienza a bajar por mi cuerpo, perdiéndose bajo el cobertor.
Se desabrocha el jean, saca su miembro, y este acaricia mi estomago frotándose juntos.
Luego con cuidado – pedí. Miguel frunció el ceño, sintiéndose culpable.
Luego con cuidado – pedí. Miguel frunció el ceño, sintiéndose culpable.
Cierra los ojos cuando siente como le paso la lengua por su miembro, cortándole la respiración por unos segundos al juguetear con su punta, el me roza las nalgas con una mano y cuela dos dedos en mi interior.
Era agridulce.
Arqueo la espalda cuando siento sus dedos llegando a lo mas profundo de mi entrada, alzo más las caderas cuando siento que su miembro es liberado.
Sin sacar los dedos de dentro de mi, miguel levanta un brazo y se destapa, riendo al ver el gesto contrariado que refleja mi sonrojado rostro
- NO- se quejó y bajo su mirada. El se levantó y lo cubrí de lamidas y besos, convenciéndolo de seguir con lo que estábamos haciendo. Trague duro y apreté sus hombros, jalando su cuerpo desnudo para que siguiese.
- Por favor– Dije mientras me iba acercando a el con pasos ligeros y relajados, apoye mi cabeza en su hombro y con una mano acaricie su mentón, eso lo convencio
Con un movimiento certero , me libero del boxer y comienzo a frotar su erección , levanto más las rodillas y las separo para que penetre salvajemente en mi cuerpo.
se acomoda mejor entre mis piernas y alzo las caderas con ambas manos. Se acerca a mi entrada y la roza con su miembro, arrancándole un sollozo de sus labios. Sonríe y comienza a entrar lentamente en mi, llegando hasta el fondo y dejándome caer jadeando.
- Voy a…- Me interrumpio.
-¿Qué sabor tiene? – Dije entre suaves pero rápidas lamidas.
- Dulce, como tú – dijo exaltado.
El se vino y casi ahogándome al tratar de tragarlo todo en mi garganta. Pero, aparentemente, el casi ahogarse estaba bien-
- Voy a…- Me interrumpio.
-¿Qué sabor tiene? – Dije entre suaves pero rápidas lamidas.
- Dulce, como tú – dijo exaltado.
El se vino y casi ahogándome al tratar de tragarlo todo en mi garganta. Pero, aparentemente, el casi ahogarse estaba bien-
El soltó una carcajada al ver la mueca de placer que forme al tragarlo.
- Eres completamente excitante..
Pare, el tenía una cierta preocupación reflejada en su mirada - ¿Qué pasa?- pregunté. – Nada. Tan solo eres…completamente dulce.
Justo ahora tienes la mirada de una niña que ha perdido su inocencia…
2 sept 2009
Caminé por el descampado con impaciencia después de las clases,Crucé el umbral de mi casa, a mi grito de “hay alguien” no me respondió nadie.
Mi abuela me esperaba, la descubrí en el que desde hace un par de años era su sillón. Medio calva y sorda perdida, dormida con la cabeza hacia atrás dejando a la gravedad ponerle una terrible mueca de pánico, es más, esta había conseguido sacarle parte de la dentadura de la boca y una baba parecía querer rendirse a sus efectos. Arrugando el entrecejo, suspiré y me encaminé a la cocina sin comprobar si todavía tenía pulso, tampoco me quitaba el sueño.
Mi abuela me había dejado un tupper gallina descuartizada y asada cariñosamente al horno con patatas fritas, que no tuve otra opción que tirar a la basura, no tenia hambre de mierda.
Arranqué un buen pedazo de papel de plata y me fui a mi cuarto.
Cerré con pestillo y encendí la cadena con mi programación de música preferida: eso me gustaba. El ritmo radicalizaba mis sentimientos, me sacaba de esa nube de indiferencia en la que estaba metida constantemente.
Apoyé la cabeza contra el espejo observando mi cuerpo. Mi visión me acarició subiendo por los talones, al ritmo tocaba mis piernas pasando hasta las rodillas. Me tumbé en la cama al lado del espejo, estiré la mano hasta el cajón de la mesilla disfrutando de la visión en el espejo de mis pechos elevándose con el gesto y tanteé hasta coger una pequeña bolsa de terciopelo rojo.
Introduje el dedo cogiendo con la uña una punta de esa escarcha delirante que me sacaba de aquel estupor. Y, subiendo el volumen de la música, lo vertí cuidadosamente sobre el papel de plata; se me aceleraba el pulso cuando mi dedo acciono el mecanismo del mechero que hizo rozar la yesca provocando que la chispa abrazada por el gas estallara en una llama que lamía con cariño el envés del papel.
Así dándole la espalda al espejo apoyando rodillas y codos sobre la colcha, absorbía aquel delirio hecho humo que escapaba crujiendo, mientras de reojo observaba como mi posición había dejado al descubierto la mitad de mis nalgas y mi tanga negro, que siempre esperaba ocasiones como esa bajo el uniforme.
Fijándome en mi trasero, descubrí como inconscientemente marcaban el latido de la música en mi cuerpo. Yo, seguía tragando aquel éxtasis.
Mi abuela me esperaba, la descubrí en el que desde hace un par de años era su sillón. Medio calva y sorda perdida, dormida con la cabeza hacia atrás dejando a la gravedad ponerle una terrible mueca de pánico, es más, esta había conseguido sacarle parte de la dentadura de la boca y una baba parecía querer rendirse a sus efectos. Arrugando el entrecejo, suspiré y me encaminé a la cocina sin comprobar si todavía tenía pulso, tampoco me quitaba el sueño.
Mi abuela me había dejado un tupper gallina descuartizada y asada cariñosamente al horno con patatas fritas, que no tuve otra opción que tirar a la basura, no tenia hambre de mierda.
Arranqué un buen pedazo de papel de plata y me fui a mi cuarto.
Cerré con pestillo y encendí la cadena con mi programación de música preferida: eso me gustaba. El ritmo radicalizaba mis sentimientos, me sacaba de esa nube de indiferencia en la que estaba metida constantemente.
Apoyé la cabeza contra el espejo observando mi cuerpo. Mi visión me acarició subiendo por los talones, al ritmo tocaba mis piernas pasando hasta las rodillas. Me tumbé en la cama al lado del espejo, estiré la mano hasta el cajón de la mesilla disfrutando de la visión en el espejo de mis pechos elevándose con el gesto y tanteé hasta coger una pequeña bolsa de terciopelo rojo.
Introduje el dedo cogiendo con la uña una punta de esa escarcha delirante que me sacaba de aquel estupor. Y, subiendo el volumen de la música, lo vertí cuidadosamente sobre el papel de plata; se me aceleraba el pulso cuando mi dedo acciono el mecanismo del mechero que hizo rozar la yesca provocando que la chispa abrazada por el gas estallara en una llama que lamía con cariño el envés del papel.
Así dándole la espalda al espejo apoyando rodillas y codos sobre la colcha, absorbía aquel delirio hecho humo que escapaba crujiendo, mientras de reojo observaba como mi posición había dejado al descubierto la mitad de mis nalgas y mi tanga negro, que siempre esperaba ocasiones como esa bajo el uniforme.
Fijándome en mi trasero, descubrí como inconscientemente marcaban el latido de la música en mi cuerpo. Yo, seguía tragando aquel éxtasis.
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