Lugar en donde creo un mundo inexistente a partir de la propia inexsistencia con la fuerza vital de la existencia de todos los que quieren existir

18 ago 2009

Descubro el cielo iluminado de furia a medida que salgo del metro, disimulo mi impresión y un vapor de nostalgia me humedece las articulaciones.

Acelero, no quiero quedarme entumecida.

Sigo una marcha marcada por el aire helado palpitando sobre mi cara.
Una media sonrisa de desdén se dibuja sobre mi perfil izquierdo, mientras me salto el numero 40 del metro, mis piernas poseídas por la sensación no obedecen la rutina.

17 ago 2009


Me despierto tras oír mi nombre,no abro los ojos.
Me dejo llevar por los recuerdos del sueño evaporandose.
Con una punzada de dolor lo repongo con parches de realidad que se colaron en mis parpados.
Vuelvo a estar sentada en donde hace un tiempo miraba a la oscuridad a tu lado.
Un ejercito de sensaciones marcha por mi cuerpo a ritmo constante,provocando que el momento entre en resonancia.
Observo desde el prima elastico como brillaban tus ojos la primera vez que me miraste.
Se rompe el eslabon de de una cadena que sostenia mas de diez mil toneladas de incompresion. Ya lo recuperaré mas tarde. Me deje llevar sin logica alguna.
El presente me da una apuñalada trapera con el pasado escrito en una hoja.
Siempre se me viene el flashBlack de los besos sabor a cerbeza.
Para despues caer en un tormento de recuerdos contradictorios y sensaciones confundidas.
El sobresalto del vertigo me hace abrir los ojos,dejando que una lágrima de absurda melacolia al cuerpo anonimo que sostiene mi cama.
El sonrrio despues de haber pronunciado mi nombre

7 ago 2009

― ¡estás sangrando! ―dijo estirándose un poco para examinarme la cabeza apretando su cuerpo contra el mío. Con un pinchazo noté que tocaba donde me habia golpeado y me enseñaba la sangre.
Sin contestar, siendo consciente de la impresión que causaba con toda la ropa mojada.
Le susurré sin emitir sonido ―Follame!
Con la vista perdida en la infinidad de gotitas que caían sobre nosotros, mientras, el escalaba entre mis piernas.
El surrealismo del momento me hizo sonreír, una sonrisa clara, cristalina; Estaba agradecida de que las sensaciones me nublasen los sentidos. Sumamente agradecida de poder no pensar en nada y sentir…


Con un golpe de pulgar abrí mi navaja mientras el pasaba sus manos por mi espalda; calle sus suspiros con un beso y dejé que la cuchilla se abriese camino por la fina piel de mi muñeca. Abrazándole y sonriendo, me corté las venas disfrutando de todas las sensaciones que me regalaba mi ese suceso.

Mi vida se escapaba en un vertiginoso torbellino por el desagüe, el nadaba cegado de placer entre sangre.